El cambio climático hace referencia a las variaciones de temperatura a largo plazo que se presentan en la tierra debido a la saturación de los gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera. También se debe a la deforestación, a la ganadería y a la contaminación de los océanos.[i]

El dióxido de carbono (CO2) es la principal causa del calentamiento global ya que representa el 82% de los GEI[ii], en donde la mayor fuente de estas emisiones provienen de la generación de energía y del transporte que son producidos por la quema de combustibles fósiles como el carbón y el petróleo[iii]

Este desbalance no solo se genera debido a esta cantidad de emisiones sino que también está relacionado con la desmedida tala y quema de árboles, por la cual no solo se eliminan a los principales captadores de CO2 sino que, al calcinar los ejemplares, se libera el CO2 que estos han absorbido a través de su vida.[iv]

La deforestación está asociada a la extracción de aceite de palma y a la agricultura, pero principalmente y – lamentablemente – a la expansión de terrenos ganaderos lo cual resulta en la emisión de Metano (CH4), ya que mientras más cabezas de ganado se encuentren en el lugar, más estiércol se va a generar y esto se ve representado en el 10% de las emisiones GEI. El CH4 también es emitido por la extracción, procesamiento y distribución de combustibles fósiles, por la minería, la fermentación, los cultivos de arroz y los vertederos de basura en donde los desechos y las aguas residuales toman gran protagonismo.[v]

Los océanos también juegan un papel fundamental en la regulación climática del planeta, ya que absorben el CO2 del proceso de la fotosíntesis y se convierte en materia orgánica, la cual sirve de alimento para el zooplancton y microbios; pero con la absorción de la 4ta parte de los GEI se generan cambios químicos en el agua enfrentando otro desafío llamado acidificación, que se suma a la contaminación por plástico y al deshielo de los polos ocasionados por el efecto invernadero que tiene un impacto directo en las algas y en las especies que hacen parte del balance del ecosistema.[vi]

Desde 1970 se celebra a nivel mundial el día de la tierra como un llamado de atención para tomar medidas sobre el calentamiento global pero son ineficaces, no han generado el impacto esperado y los indicadores cada día son menos favorables. En 1992 se celebró la cumbre para la tierra en Río de Janeiro, en 1997 se firmó el tratado de Kioto, en el 2015 se adoptó el acuerdo de París y en el 2018 el acuerdo de Escazú, al que hoy muchos países siguen sin comprometerse, entre ellos Colombia y aún así el rumbo de la especie sigue destinado a la extinción.
Hoy esta fecha no la celebramos, hoy queremos hacer un especial énfasis en que la solución está en nuestras manos y que las condiciones de vida a las que nos vamos a enfrentar están sujetas a nuestras acciones.
Hoy queremos resaltar en que lo que debemos considerar como consumidores no es el tipo de generación de energía, el tipo de comida o señalar a las empresas que tienen sus modelos de negocios basados en el abuso porque no lo van a cambiar. Hoy queremos ratificar el concepto de que sin demanda no hay oferta y queremos apelar a ser consumidores más conscientes, queremos invitar a reflexionar sobre el desmedido abuso de los recursos naturales y a las consecuencias que vienen con esto porque la tierra en su curso natural se renueva, se regenera… Nuestra especie pero podría padecer.

Hace décadas la comunidad científica hizo un llamado el cual fue ignorado, hoy en día sigue sin ser escuchado y peor aún, hoy esta comunidad es perseguida y judicializada simplemente por el hecho de generar alertas.
¿Esta vez será diferente?
#DontLookUp